Tortugas marinas y dugongos están mucho mejor sin nosotros, sin el puñetero (con perdón por la palabrita) género humano fastidiándoles el hábitat continuamente.
Según los expertos, la presión humana los hace cada vez más vulnerables, una debilidad que les dificulta afrontar el cambio climático.
En concreto, estos animales marinos tienen problemas al norte de la Gran Barrera de Coral, en el Estrecho de Torres, una región donde “surgen problemas por el cambio climático y acciones como la pesca, la caza, la urbanización en tierra y la contaminación”, explica Mariana Fuentes, investigadora de la Universidad de James Cook, en el estado australiano de Queensland.
¿En qué les influye? La lista de consecuencias que sufren estos animales es estremecedora: nacen menos ejemplares, pierden lugares donde anidar, las aguas se sobrecalientan y ello afecta a la reproducción de las especies y a la proporción del sexo de sus crías (una arena más caliente produce más hembras, y al contrario).
Fuentes está investigando la situación de las tortugas y de los dugones en el Estrecho de Torres para orientar políticas que ayuden a esta fauna marina a aumentar su capacidad de adaptación al cambio climático.
“Por razones logísticas y financieras, los políticos no pueden abordar todas las amenazas de forma simultánea, y por ello necesitan priorizar sus acciones”.
Así, en opinión de este experto, es importante abordar cuanto antes el problema del efecto del cambio climático en el equilibrio de género de la población de tortugas, pues actualmente ya están naciendo más hembras.
Vía
Las lluvias torrenciales y sus efectos en la población y la infraestructura española
Análisis de la gestión de emergencias tras la devastadora dana en Valencia