Durante las rebajas de invierno, siguen las recomendaciones del Instituto Nacional del Consumo para una compra con criterio que se habían iniciado en Navidad: las necesarias, seguras, saludables, solidarias y sostenibles.
Viajo frecuentemente en tren (bueno, más que viajar, me desplazo) y estas Navidades, en las estaciones de Barcelona, había miles de carteles con una sonriente bolita verde recordando la necesidad de hacer un consumo responsable.
Estas rebajas, la bolita ha mutado al fucsia (al menos en la web del Ministerio, porque en las estaciones todavía no habían cambiado los carteles), pero los consejos siguen siendo fundamentalmente los mismos: comprar lo que se necesita y no dejarse llevar por el uso de la tarjeta, comprar productos ecológicos o de calidad para que duren más (reduciendo, así, residuos) y no tirar lo que ya no utilizamos, sino donarlo, si está en buen estado, a quien lo pueda necesitar, alargando, así, su vida útil.
Una curiosa campaña que, supongo, pretende paliar el consumo excesivo e irrefrenable de estas fechas aunque, lo que no ha conseguido la crisis no sé yo si lo van a conseguir esta especie de guisantes parlanchines…Vía