En el inclemente desierto del Sahara viven unas abejas que han despertado la curiosidad de los científicos, pues han logrado mantenerse aisladas durante cinco mil años de cualquier otra población de abejas del mundo.
Su aislamiento, además, no ha generado en ellas ninguna enfermedad asociada con la endogamia.
Con la población de abejas de la miel de Europa y Norteamérica disminuyendo notablemente por causas que los científicos aún no han precisado, la existencia de una colonia sana aislada en los oasis de un hábitat tan inhóspito como el Sahara despertó el interés de Taher Shaibi, de la Universidad Al-Fatah de Libia, y de Robin Moritz, de la Universidad Martin Luther de Alemania.
Ellos analizaron el ADN de 16 colonias de abejas de oásis de Kufra, en el sureste de Libia; Brak, en el oeste; y de tres lugares a lo largo de la coste norte del país.
De acuerdo con la BBC, los resultados mostraron que las abejas costeras tienen altos niveles de diversidad genética debido a la práctica de la apicultura intensiva, lo que permite entermezclarse a un gran número de abejas.
También la colonia de Brak resultó ser diversa debido a que allí hay una temporada de miel que atrae a los apicultores de las costas con sus abejas.
En cuanto a las abejas de Kufra, éstas han permanecido aisladas de las demás por lo menos durante 5 mil años, quizá diez mil, desde el momento en que fueron aisladas por el surgimiento del desierto del Sahara.
Y es que hace unos diez mil años, el Sahara era una sabana verde.
Vía
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