Categorías: Medio ambiente
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5 abril, 2020 2:42 am

La contaminación sónica amenaza a la vida salvaje

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De acuerdo con un estudio publicado en la revista Trends in Ecology and Evolution, los sonidos que produce nuestra vida diaria –vehículos varios, campos de petróleo y gas, plantas de procesado, barrios- interfieren con la forma de comunicación de muchos animales y los atormenta a todos.

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La contaminación sónica se está volviendo tan intensa que podría estar convirtiéndose en una amenaza considerable a la biodiversidad.

Algo más que tenemos en común con otras especies: el sonido bruto molesta.
Llevo año insistiendo con ello a quienes llegan con sus motos estruendosas a toda hora al parking que está detrás de casa: estáis amenazando mi sanidad mental.

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Pero no ha habido manera.
Si hasta los animales que viven en los parques nacionales sufren por la contaminación sónica, ¿cómo no voy a hacerlo yo?Y eso que carezco del sentido del oído con el que cuentan otros animales, suficientemente sensibles como para tomar ventaja de condiciones más sensibles a la hora, por ejemplo, de cazar a sus presas.

Es el caso de los búhos y los murciélagos, que para encontrar y cazar a sus presas se guían por el sonido.
Estudios de laboratorio han demostrado que los murciélagos evitan cazar en zonas ruidosas.
Las hembras de la rana gris del árbol, por ejemplo, cuando están expuestas a los sonidos del tráfico necesitan más tiempo para localizar y encontrar el llamado de los machos, mientras que las ranas de árbol en Europa llaman menos en general.
Ambas especies parecen incapaces de cambiar sus hábitos de comunicación entre machos y hembras para conseguir superar el ruido de las carreteras, lo que podría comprometer su capacidad de reproducirse.
Vía

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