El Servicio Nacional de Pesca de Estados Unidos ha propuesto formalmente designar más de cuatro mil kilómetros cuadrados del hábitat de la beluga de la ensenada de Cook, en Alaska, para que esté bajo la protección del Acta de Especies Amenazadas (Endangered Species Act).
Una vez que un hábitat es designado, las agencies federales estadounidenses tiene prohibido modificar de cualquier manera este estatus.
Se ha demostrado que las especies amenazadas cuyo hábitat es designado como protegido tienen el doble de probabilidades de recuperarse y menos de la mitad de probabilidades de estar en declive, que aquellas cuyos hábitat no están protegidos.
De acuerdo con el Centro para la Diversidad Biológica (Center for Biological Diversity), en octubre de 2008 el servicio de pesca incluyó a la beluga de Cook en la lista de especies en peligro de extinción, pese a las objeciones de la entonces gobernadora Sarah Palin, quien, además de haberse comparado a sí misma con un pitbull, no ha mostrado mayor empatía por los animales.
La especie fue incluida luego de numerosas peticiones y litigios entablados por el Centro y otras organizaciones.
Sin embargo, en lugar de designar su hábitat como protegido como exige la Ley de Especies en Peligro de Extinción, el Servicio de Pesca aplazó esta designación un año.
Así, el pasado 29 de octubre el Centro notificó formalmente a la agencia que presentaría una demanda para forzar la designación.
La protección determinaría que las aguas de la parte superior de la ensenada de Cook son hábitat protegido de la beluga.
Cuando este animal era más abundante, también se encontraba en la parte inferior, así que si la especie lograra recuperarse esta zona también debería recibir protección.
El beluga de la bahía de Cook, una de las cinco poblaciones de beluga de Alaska, es genéticamente distinta y está geográficamente aislada.
Su número se han desplomado en las últimas décadas y actualmente oscila entre 300 y 400 ejemplares.
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