Vale que las celebridades luchen por ocultar su edad pero, ¿los pulpos? No, no es una cuestión de ego.
Por lo pronto, ya es noticia que exista un encuentro de investigadores de los cefalópodos (Cepaholopod International Advisory Council) y que se celebre por primera vez en España.
Hasta el próximo viernes la Universidad de Vigo acoge este simposio dedicado, en esta edición, al impacto del cambio climático sobre las poblaciones de cefalópodos, su cría en cautividad o la explotación sostenible de estas especies, más de setecientas sumando pulpos, calamares o sepias.
Pero el protagonismo de la primera jornada fue para el equipo del CSIC que ha logrado calcular la edad del Octopus vulgaris, un hallazgo que permitirá mejorar su gestión pesquera.
La investigación tiene valor científico pero también económico pues el pulpo común es el más importante a nivel comercial.
Seguro que, si no eres vegetariano, te resulta familiar acompañado de patata cocida y sazonado con pimentón.
Lo han logrado mediante el análisis del estilete (una de las conchas internas que sirve como partida de nacimiento), recoveco donde se acumula, “un anillo de materia orgánica por día, lo que permite calcular la edad del animal.
Sería algo similar a los anillos de los árboles, aunque en ese caso la periodicidad sea anual”.
Son palabras de Ángel Guerra, uno de los responsables del proyecto.
Nada como un experto con dotes didácticas para entender la ciencia.
El hallazgo no sólo permite determinar la edad de cada ejemplar (y conocer así su ritmo de crecimiento y reproducción) sino también “elaborar una lista de cefalópodos en peligro de extinción, ya sea amenazados por la sobrepesca o por la destrucción de sus hábitats”.
Guerra estima que puede haber una decena de especies de cefalópodos amenazadas en los océanos de todo el mundo.
Entre los amenazados en las costas españolas está el Pulpo Manchado (Octopus macropus), reconocible por poseer manchas blancas por el cuerpo y a la que los marineros acusan de ser gafe pues, aseguran, atrae el mal tiempo.
Pulpo común (octopus vulgaris)Pero los doscientos investigadores reunidos en el CIAC’09 también van a tratar otros temas como los efectos de la contaminación (los componentes tóxicos de las pinturas de los barcos, el vertido de metales pesados, la materia orgánica que proviene de la contaminación urbana,…) y la influencia del cambio climático en las poblaciones de cefalópodos.
Así explica Ángel Guerra -éste sí que admitiría pulpo como animal de compañía- la repercusión del simposio vigués en el manejo de los recursos pesqueros:Desde hace unos años se viene estudiando qué parámetros ambientales afectan a la supervivencia de las larvas y, por tanto, a la abundancia de estas especies para próximas campañas de pesca.
Depende de factores como la fuerza del viento y las corrientes marinas, que provocan que afloren los nutrientes y sales minerales disueltas en el agua (…) En los últimos años en las costas de Galicia y Portugal la temperatura media del agua ha subido un grado, causando la llegada de especies que solían habitar más al sur, mientras que algunas de las que allí estaban se desplazan más hacia el norte.
Lo que queremos es hacer una puesta en común de todos estos cambios para ver cómo de y qué manera afectan a cada una de las especies (Á.
Guerra)Vía
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