De acuerdo con un estudio de la Universidad Greifwald de Alemania, el drenaje y la quema de turba en el mundo produce 5,5% de las emisiones mundiales de carbono.
Sin embargo, esta actividad actualmente está excluida de los objetivos climático de los países, así como de las conversaciones de Naciones Unidas.
La turba almacena alrededor de dos veces más carbono que los árboles de todo el mundo.
De allí que el grupo medioambiental Wetlands International, que ha presentado el estudio en las conferencias que se realizan en el marco de las conversaciones sobre el clima que cierran el viernes en Barcelona, crea necesaria una contabilización obligatoria de estas emisiones.
Actualmente, esta contabilización es voluntaria.
Capas de turba de hasta 20 metros de espesor se acumulan cuando las plantas se pudren en las zonas de humedales.
La vegetación, completamente encharcada, no se descompone del todo y, por lo tanto, no libera el dióxido de carbono almacenado al aire.
Sin embargo, los terratenientes y los agricultores están drenando las turberas, en particular en el sudeste de Asia, para sembrar palma aceitera.
El estudio se hace eco de las conclusiones de un artículo publicado el martes en la revista Nature Geoscience, que señala que el drenaje de turberas en el sudeste asiático produce emisiones de carbono equivalentes a una cuarta parte de las derivadas de la deforestación mundial.
El estudio estima que el año pasado las emisiones mundiales de dióxido de carbono provocadas por el drenaje y la quema de turba ascendió a dos millones de toneladas anuales, o alrededor de 5,5% del total mundial.
Desde 1990 las emisiones han aumentado en 25%.
Vía
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