El estudio holandés del que informamos hace unos días, según el cual los árboles urbanos estaban perdiendo sus hojas por culpa de las radiaciones de las redes Wi-Fi, ha encendido las alarmas.
Les glosamos acá un interesante artículo de Alasdair Philips, un ingeniero de telecomunicaciones, publicado en el Daily Mail sobre los efectos de los campos electro-magnéticos o electrosmog en nuestra salud.
Por lo visto, no es tanto la existencia de las ondas electro-magnéticas en sí, lo que resulta problemático, sino el uso que hacemos de ellas.
En lugar de emitirlas a velocidades constantes, la tecnología actual emite estas ondas a través de pulsaciones cortas y muy frecuentes, lo cual resulta mucho más dañino.
Estudios en clínicas de infertilidad indican que el esperma de mala calidad se da más habitualmente en hombres que usan mucho sus teléfonos móviles.
Pero los celulares no son el único problema: la mayoría de ordenadores portátiles cuentan con Wi-Fi, motivo por el cual no se recomienda usarlos encima de las piernas.
Y no sólo el “electrosmog” afecta nuestra capacidad reproductiva, sino también al cerebro.
Parece que la radiación electro-magnética inhibe la producción de melatonina, una hormona que controla nuestros estados de ánimo.
En 2004, investigadores de la Universidad de Málaga descubrieron que una alta exposición a estos campos electro-magnéticos aumenta las posibilidades de desarrollar depresión.
También lo relacionaron con la aparición de dolores de cabeza, irritabilidad, cansancio y desórdenes del sueño.
Esto último ha sido confirmado por una investigación llevada a cabo por el respetado Karolinska Institute de Suecia.
Encontraron que hablar por teléfono móvil justo antes de acostarse hacía que la gente tardara más en alcanzar estados de sueño profundos.
Es más, las fases de su ciclo de sueño se acortaban, por lo que descansaban menos.
Este año, además, se publicó el estudio de Interphone, realizado en 13 países distintos.
El citado estudio sugiere que las personas que durante una década o más han hecho uso intensivo de celulares tienen el dobre de probabilidades de desarrollar un glioma, el tumor cerebral más común.
Este mes, el Institute of Environmental Medicine, de Suecia, ha publicado un estudio en el que confirma que la exposición a los campos electro-magnéticos aumenta significativamente la degeneración cerebral, lo cual está relacionado con la demencia senil, otro mal en auge en nuestros tiempos.
Pero es que incluso las compañías de seguros lo saben ya: en 1997 la compañía Swiss-Re señaló los campos electromagnéticos como una de las causas de reclamaciones que más aumentarían.
Actuando en consecuencia, Swiss-Re y otras compañías de seguro rechazan asegurar a las operadoras de telefonía.
Sí, todo esto da bastante miedo… Recuerden que es recomendable usar, siempre que se pueda, el manos libres.
Señoras, no se guarden el celular entre los pechos.
Eviten los teléfonos inhalámbricos en casa.
Y platnéense lo siguiente: ¿realmente les hace falta tener Wi-Fi en casa?Vía
