El EV-1 era un coche eléctrico que General Motors (GM) lanzó experimentalmente en una pequeña serie en 1996.
El vehículo tuvo un gran éxito entre los usuarios, pero por razones que todavía no están claras, en 2003 el programa fue cancelado y todos los coches que estaban en uso fueron recuperados y destruidos.
Unas 450 unidades del pionero EV-1 fueron puestas a disposición de clientes en un contrato de leasing: el usuario no compraba el vehículo si no que pagaba una cantidad mensual por su uso.
Con una autonomía de 120 to 240 km tras 8 horas de carga (aunque en 3 horas se podía reponer el 80% de la energía) y unos costes por quilómetro que estaban entre un tercio y la mitad que los de un vehículo de gasolina (y por aquel entonces los precios del petróleo eran muy bajos, ahora la diferencia sería mucho mayor), los afortunados usuarios estaban muy satisfechos.
Sin ninguna publicidad, porque se trataba de un proyecto piloto, GM recibió 5.
000 solicitudes de gente interesada en hacerse con uno simplemente por el boca-oreja.
Pero alegando razones económicas, GM decidió suspender el programa.
Muchos de los que estaban conduciendo uno hasta entonces ofrecieron a la empresa pagar el valor residual del vehículo para poder quedarse con él.
Pero GM prácticamente arrebató los EV-1 de los usuarios, para mandarlos a un desguace donde fueron destruidos, salvo algunos ejemplares enviados a museos.
Hoy en día en GM hay quien se lamenta de aquella decisión, porque de no haber terminado de manera tan brusca lo que estaba siendo una experiencia positiva, GM podría estar ahora a la vanguardia del mercado en estos momentos de cambio hacia nuevas tecnologías.
Hoy día la discusión sobre por qué GM aniquiló el EV-1 sigue abierta.
Clic en continuar para ver un trailer de una película que investiga sobre este asunto.
Who killed the electric car?, de Chris Paine, es un documental que recorre la tragicómica historia del EV-1.
Puedes ver más detalles y trailers de la cinta en la web oficial.
En él se apuntan como posibles causas de tan abrupta decisión de GM presiones de la administración Bush, otros fabricantes de automóviles y la industria petrolera, quienes podían tener cierta inquietud de que el experimento fuera tan exitoso que se extendiera demasiado y amenazara sus negocios.
Bueno, sólo consiguieron retrasar el cambio.
Fotografía
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