El edificio Empire State Building, icono por excelencia de la ciudad de Nueva York, sólo ensombrecido por la Estatua de la Libertad, fue alcanzado por tres rayos consecutivos en una noche.
Quien grabó el momento para la posteridad no ha debido quedar muy impresionado, no si se trataba de un neoyorquino, pues la antena del que un día fue el edificio más alto del mundo es un pararrayos.
Lo menos que se puede esperar de una edificación que se levanta 443 metros hacia el cielo.
Nada nuevo, el edificio es alcanzado por rayos unas 25 veces al año, de media, de acuerdo con Martin Uman, experto en rayos de la Universidad de Florida citado por OurAmazingPlanet.
De hecho, una vez fue golpeado por rayos ocho veces en 24 minutos, así que lo de la pasada noche no ha echado por tierra ningún récord.
Quizá haya quedado por debajo de las expectativas de sus constructores, pues la antena que corona el Empire State fue diseñada para servir como pararrayos.
Los rayos normalmente son atraídos por los objetos más altos, así que el objetivo es que, a través de la atracción, la antena prevenga que los rayos golpeen superficies aledañas y causen daños eléctricos.
No es que esto libre a los neoyorquinos de ser alcanzados.
En agosto de 2005, un hombre de 25 años murió y una mujer de 24 resultó herida como consecuencia de la descarga de un rayo durante una tormenta eléctrica.
Un edificio de 300 metros de altura en el sureño estado de Florida podría recibir de media cientos de rayos al año.
Mientras en California golpean dos rayos cada 2,5 kilómetros cuadrados, en Florida golpean 20 por kilómetro cuadrado.
Vía
Las lluvias torrenciales y sus efectos en la población y la infraestructura española
Análisis de la gestión de emergencias tras la devastadora dana en Valencia