La producción de petróleo de la OPEP llegará a su máximo aproximadamente en el 2020, y en 3 o 4 años en los países no asociados, punto a partir del cual disminuirá cada año, según afirma Fatih Birol, el economista en jefe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), en una entrevista de mi periodista favorito George Monbiot.
Estas declaraciones, basadas en los últimos estudios de la IEA, suponen un giro de 180 grados en el discurso de esta institución, que hasta ahora había menospreciado cualquier alusión al final del petróleo.
Hasta ahora las proyecciones de la IEA sobre las reservas de petróleo se habían basado en tomar las cifras del mercado sin verificarlas.
En el 2008 han analizado la producción de 200 pozos petrolíferos y han producido sus propias estimaciones.
Estos estudios sitúan de manera bien visible en el calendario el “Peak Oil“, como se llama al punto a partir del cual la producción del petróleo irá disminuyendo, y que será el principio del fin de la era fósil.
En la actualidad los yacimientos petrolíferos ya muestran producciones decrecientes tras muchos años de sobreexplotación.
Los cálculos que hace la IEA asumen que para que la producción pueda seguir el crecimiento de la demanda hasta el 2020 se realizarán fuertes inversiones para localizar nuevos recursos y explotar al máximo los que quedan.
Continúa leyendo para ver cuáles son las implicaciones de estas declaraciones.
Las notas alarmantes de todo esto son:El agotamiento de los recursos convencionales de petróleo incrementará la presión por pasar a los no-convencionales (arenas bituminosas, zonas árticas y antárticas) Los costes medioambientales de tomar ese camino son demasiado altos.
Debemos hacer fuerte nuestra voluntad planetaria para que la llegada del Peak Oil sirva para la transición hacia un nuevo sistema sostenible, y no para seguir cavando más profundo.
En un informe anterior elaborado por Robert L.
Hirsch para el Departamento de Energía de los USA (DOE) se analizaban las consecuencias que el Peak Oil tendría sobre la economía planetaria.
En él se concluía diciendo que eran necesarios 20 años de preparación decidida para cuando llegara el momento.
Esa parada ya la hemos pasado de largo.
Las conclusiones del informe continuaban diciendo que eran necesarios 10 años para implantar las mínimas medidas de emergencia necesarias para navegar esa crisis futura (que muchos, sin tener doctorados en economía ni gabinetes de asesores nos podíamos imaginar).
Esperemos no perder ésta tampoco.
Alguien dijo alguna vez, refiriéndose al final del petróleo, esa famosa frase de:La Edad de Piedra no terminó cuando se acabaron todas las piedras.
Pues bien, hay quien sigue esperando a que se acaben las piedras.
Ya hemos hablado antes lo importante que es marcar en el calendario las cosas para decidirse a actuar, esperemos que funcione.
Vía