Los de PETA critican duramente un vídeo popular en YouTube, en el que comensales chinos se comen a un pez vivo.
Y no, no lo ingieren en la misma orilla del mar, la cosa es mucho más malévola: los chefs mantienen viva a la carpa en cuestión envolviendo su cabeza en un paño húmedo para que siga respirando, mientras asan su cuerpo antes de cubrirlo con salsa y servirlo.
Confieso que no he visto el vídeo.
Lo cierto es que no quiero pasar un mal rato y, sobre todo, me niego a regalar ni una sóla visita a quienes lo haya ideado, protagonizado, grabado y colgado en la red.
Pero me he informado y puedo deciros, para los que tampoco quieran verlo, que en él se muestra a un pescado frito que sigue respirando y retorciéndose en un plato, mientras está siendo lentamente devorado vivo en un restaurante.
La tortura no queda ahí, pues los comensales aparecen riendo y bromeando, golpeando el pescado, mientras éste sigue moviéndose.
Un panorama ante el que, como no podía ser de otro modo, PETA ha reaccionado, definiendo el vídeo como “repugnante”.
Un portavoz de la ong ha manifestado que “toda persona decente debería afectarse cuando alguien se burla de cualquier persona o, como es el caso, cuando se abusa de un indefenso animal moribundo”.
Además, PETA aprovechó para criticar algunas costumbres de la cultura china, cuyos restaurantes llegan a ofertar cerebros de mono, ratas, perros, serpientes, lagartos y ratones recién nacidos.
Unas prácticas que son consideradas por los expertos como una gran amenaza para numerosas especies en peligro de extinción.
Desde la Embajada China de USA se defienden de estas acusaciones con unos argumentos que nos vienen muy a cuento en España:Yo no creo que sea justo acusar a otras culturas de tener tradiciones o ciertos hábitos negativos.
Tenemos nuestras tradiciones, como los españoles tienen las corridas de toros, y, hasta hace poco, existía la caza del zorro.
Nosotros no criticamos a los españoles por ello.
(Traducción libre)Vía
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