Cuando se producen varios terremotos de intensidad significativa en un periodo relativamente corto, como ha sucedido este año, entre el público, y sobre todo entre quienes viven en zonas de gran actividad sísmicas, comienzan a circular informaciones y preguntas sobre estos fenómenos geológicos.
¿Hay algún momento del día en el que sean más probables? ¿Por qué se están produciendo tantos? La costa oeste de Estados Unidos es un punto importante de movimientos telúricos.
La falla de San Andrés, que recorre el estado de California, es sin duda una de las más conocidas.
Por ello, el servicio geológico de ese país tiene una sección de información dedicada a explicar -o desmentir- algunos de los mitos que existen sobre los terremotos.
Una de las preguntas es muy curiosa: ¿existe un clima de terremoto? La respuesta del USGS es clara: no, no hay conexión entre el clima y los terremotos.
Factores como el viento, la lluvia, la temperatura o la presión barométrica sólo pueden afectar la superficie de la tierra.
Los terremotos por sí mismos tampoco causan cambios en el clima.
Así mismo, los terremotos se pueden producir en cualquier momento del día.
El terremoto que se produjo en Chile el 27 de febrero ocurrió alrededor de las 03:30 horas.
El que se produjo en Haití el 12 de enero se produjo a las 16:53 horas.
El que se produjo en China ayer, a las 07:49 horas.
Es cierto que en los últimos 20 años se ha incrementado el número de terremotos que los geólogos del USGS han podido localizar cada año, debido a que hay más estaciones sismológicas en el mundo y mejores comunicaciones.
Un incremento o decrecimiento temporal en la actividad sísmica es una variación natural usual, y no es posible saber si conducirán a un terremoto de mayor intensidad.
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