Miles de activistas anti-nucleares exigen el cierre de la más antigua central de Francia, Fessenheim

Fin de semana movidito en Colmar, en el este de Francia, en el que miles de activistas anti–nucleares llegados de media Europa se han congregado para protestar y exigir el cierre de la central nuclear de Fessenheim, la más antigua del país.

Todo ello, como es habitual, en medio de una enorme presencia policial.

Organizaron el grupo paraguas anti-nuclear francés SDN y el movimiento alemán Bund.
Según los organizadores, más de 10.
000 personas, llegadas desde las vecinas Alemania y Suiza pero también de países más lejanos como España o Italia, participaron de la pacífica protesta.

Las cifras de la policía, como es habitual, son sensiblemente inferiores y hablan de unas 3.
500 personas.
Los activistas entienden que la vida útil de esta central, que abrió sus puertas en 1977, ha llegado a su fin, y piden su cierre.
De esta forma, una delegación hizo llegar una carta al prefecto regional, Pierre-Andre Peyvel, en la que exigen que Fessenheim, que se encuentra cerca de la frontera con Alemania y Suiza, cierre inmediatamente, a pesar del interés de las autoridades de mantenerla operativa todavía.

Pues bien, las autoridades desplegaron 3.
000 policías (¡casi tantos como manifestantes, según sus datos de la convocatoria!) y docenas de vehículos anti-disturbios y camiones con cañones de agua, que fueron siguiendo a la pacífica manifestación… Los organizadores de la misma se quejaron de lo desproporcionado del efectivo policial y denunciaron que la policía fronteriza alemana y suiza habían bloqueado algunos de los manifestantes que acudían a Colmar.
Ante tales acusaciones, las autoridades locales, como es lógico, negaron todo, asegurando que a nadie se le había impedido pasar la frontera.
Aunque, eso sí, reconocieron que a los viajeros se les habían pedido sus documentos al pasarla…Así lo vio Denis Vernet, del grupo organizador de la protesta SDN:Quieren que la gente crea que la falta de seguridad es por culpa de los activistas anti–nucleares.
En realidad, es la industria nuclear y la clase política la que usa la intimidación y la represión.
(Traducción libre)Vía