Un tsunami de más de 34 metros de altura golpearía la costa del Pacífico de Japón, si se produjese un terremoto en alta mar de la misma magnitud del terremoto de la costa del Pacífico en la región de Tōhoku en 2011.
Como informa The Guardian, estas proyecciones están contenidas en un informe elaborado por la Oficina del Gabinete del gobierno de Japón y están basadas en la investigación que fue realizada a raíz del terremoto y posterior tsunami de 2011.
Sin embargo, una proyección realizada en 2003 señaló que la altura potencial máxima de un tsunami sería de menos de 20 metros.
Ahora queda en evidencia que esta proyección era baja y, sin embargo, la planta nuclear de Fukushima, que quedó destruida tras el terremoto y generó un importante accidente nuclear, no estaba diseñado para soportar siquiera esas estimaciones.
Tomando en cuenta todo esto, la empresa operadora de la planta nuclear de Hamaoka, en la costa sur-oriental, del país, está construyendo un malecón de 18 metros de alto.
Según Reuters, otro informe oficial, éste emitido por el Ministerio de Educación, sugiere que el impacto directo de un gran terremoto ha sido subestimado.
Por ejemplo, si un terremoto de magnitud 7,3 golpeara Tokio, algunas partes de la ciudad y sus alrededores podrían agitarse con una fuerza que alcanzaría el nivel 7, el máximo, en la escala sísmica de la Agencia Meteorológica de Japón.
Esta escala, conocida como Shindo, describe el grado de agitación en un punto de la superficie terrestre.
Así, el grado Shindo de un terremoto –el grado de agitación que el movimiento de las placas genera- puede cambiar según el sitio, por ejemplo, de una ciudad, en el que se haga la medición.
La agitación en una zona determinada es calificada con grado Shindo uno cuando sólo es sentida por personas que no están en movimiento.
Un grado siete es dado a aquellas agitaciones que imposibilitan a las personas moverse a voluntad, desplazan objetos muy pesados y causan grandes daños.
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