Nada se libra de los gases de efecto invernadero entre el cielo y la tierra.
Ni debajo de ésta.
El desarrollo de la vida que se produce subterráneamente es afectado por el aumento de las concentraciones de dióxido de carbono y de la temperatura media que se producen en la superficie.
Allí donde las raíces de las plantas entran en contacto con el suelo cuyos nutrientes las hacen crecer, viven bacterias, hongos y pequeños invertebrados.
La composición de este ecosistema subterráneo puede cambiar si las plantas, y en consecuencia sus raíces, comienzan a funcionar de forma diferente debido a los factores superficiales asociados con el calentamiento de la Tierra.
Las consecuencias de la interacción entre el efecto invernadero y el cambio climático para la vida subterránea han sido evidenciadas durante un programa de investigación de la Netherlands Organisation for Scientific Research llamado Biodiversidad en relación con el Cambio Global (Biodiversity in relation to Global Change, BIGC).
Para este programa, siete grupos de investigación estudiaron reservas naturales en Holanda, enfocándose en los posibles efectos del cambio climático en la diversidad de las especies en el suelo y el agua.
Los conocimientos sobre la interacción entre el cambio climático y el funcionamiento de los ecosistemas subterráneos que se han obtenido en este programa podrían tener aplicaciones especialmente importantes para la agricultura.
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