En Francia no se resignan al declive de las abejas, una tragedia ecológica que hace temer por la extinción de estos insectos libadores en medio mundo.
Además de bordear las carreteras con millones de flores, el país galo ha iniciado la siembra de miles de hectáreas con plantas útiles para su nutrición.
Así, este plan espera fortalecer la población de las diezmadas y debilitadas abejas y consiste en sembrar plantas y mantenerlas a su disposición durante seis meses cada año para intentar garantizar su supervivencia.
A la espera de los primeros resultados, el proyecto sólo está en marcha en el Condado Franco, una región francesa situada entre la Borgoña y Suiza que sufre de forma especial la mortalidad alarmante de esta especie.
Las plantaciones, que ya alcanzan las 700 hectáreas, se intercalan entre otros tipos de cultivos, siendo en su mayoría de trigo, avena o vicia, todas ellas plantas con un polen muy nutritivo.
Ha costado tres años finalizar la primera parte de este plan de acción, una iniciativa en la que tiene un importante papel la Federación Regional de cazadores, y cuyo objetivo es mejorar el sistema inmunológico de las abejas para asegurar la polinización y lograr más y mejor miel.
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