Teniendo en cuenta su potencial contaminante, la mejor manera de utilizar el aire acondicionado de forma responsable es apagarlo.
Pero, seamos sinceros, esto no suele ocurrir en la vida real.
Cuando el calor aprieta, hacemos lo propio con el botón de su mando a distancia, aunque siempre podemos reducir su uso siguiendo unos sencillos y refrescantes consejos.
La WWF, por ejemplo, nos sugiere hacer una serie de cosas para ahorrar aire acondicionado en verano, y sobre todo en agosto, que es cuando más se usa y abusa del aparatito, disparándose el consumo de electricidad y agravándose el efecto invernadero.
Pero no sólo eso, porque según explican en una nota de prensa, su uso masivo también “aumenta las emisiones de dióxido de carbono, subiendo la temperatura exterior de las grandes urbes debido al calor emitido por estos aparatos”.
Entre otras ideas prácticas para reducir su uso y, a ser posible, prescindir de él, la ong propone la alternativa de los ventiladores de techo (representa un ahorro de 300 kilos de CO2 durante el verano), mejorar la ventilación natural y preferir la iluminación natural a la artificial, ya que ayuda a mantener la temperatura baja.
Otros consejos son pintar las paredes exteriores de los edificios de colores claros y tener plantas en balcones y terrazas, porque “mejoran la calidad del aire, el microclima y también el confort visual en los espacios urbanos”.
En caso de adquirir un sistema artificial de refrigeración, la organización recomienda encarecidamente elegir los equipos más eficientes, y sugiere la web www.
eurotopten.
es para orientarse al respecto, también en el uso y mantenimiento de los equipos.
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