En el zoo del Bronx andan como locos construyendo animales con miles de piezas Lego.
Piececita a piececita, expertos en este juego ya han creado impresionantes esculturas de tigres, sapos, flamencos, jirafas, gorilas, pingüinos y otros animales en peligro de extinción.
Las figuras se exhiben en todo el zoo, junto a sus homónimos de carne y hueso, como plato fuerte de la programación veraniega del parque The Great Summer Zoofari, que agrupa todo tipo de actividades -cine sobre la fauna, talleres de artesanía, museo de arte africano- con el objetivo de que la familia conozca los intentos de los conservacionistas para ayudar a las especies amenazadas.
Así, además de divertir, ese tigre fiero, ese tremendo gorila o esa jirafa de mirada tierna son algo más que un montón de piezas de plástico colocadas de forma artística.
Tienen una misión tan importante como concienciar sobre la situación real de la especie en el medio silvestre, y para ello se incluye información sobre cada animal, y cómo la Wildlife Conservation Society está trabajando para preservar su hábitat.
Curiosamente, esta iniciativa coincide con el reciente compromiso de Lego a comprometerse con medidas para no agravar la destrucción del bosque, respondiendo positivamente a la campaña que Greenpeace dirigió a la industria del juguete para que utilizara embalajes más ecológicos.
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