Noche del 28 de noviembre, central térmica de carbón de Kingsnorth en el Reino Unido: un – o una – activista burla el perímetro de seguridad de la central eléctrica con mayor vigilancia del país.
Las cámaras de CCTV muestran cómo salta 2 vallas de 3m de altura coronadas con alambre de espino y se cuela en el recinto de turbinas.
Una vez allí, a sus anchas, manipula un cuadro de control y detiene uno de los 2 grupos de generación, que estaba funcionando a plena potencia (500MW) hasta ese mismo instante.
El personal de la central, aterrados por el estruendo de la maniobra, se llegan hasta los equipos donde encuentran una pancarta casera que dice “NO NEW COAL” (Nada de carbón nuevo), pero ni rastro del misterioso visitante….
No es ningún relato de ficción, ved sino en la prensa británica e internacional.
Se trata aparentemente de una reciente acción del activismo ecologista británico, en contra de los planes del operador de la planta para construir una nueva central térmica de carbón en la misma ubicación, aunque no está clara la autoría ni la motivación de los hechos todavía.
Durante una parada resultante de 4 horas – las turbinas de vapor que dotan las centrales térmicas necesitan largos períodos para hacer paros y marchas controlados – se ahorraron el 2% de las emisiones de CO2 de UK.
¿Es ésta la seguridad de suministro de la que tanto se vanagloria el sector energético convencional?El Reino Unido, por todos conocido por su peculiar humor, su bien avenida familia real o su resistencia a usar cualquier sistema coherente de unidades físicas, entre otras cosas.
Tal vez debamos añadir a la lista al “justiciero ecologista solitario”, justo al ladito de James Bond, Lady Diana y las acciones comando de Guerrilla Gardening de las que ya os hemos habladoVía