He aquí una segunda entrega sobre los productos orgánicos.
¿Por qué? Porque si vamos a depositar nuestra confianza en unas marcas y unos fabricantes que nos aseguran que lo que estamos consumiendo proviene de tierras tratadas con respeto, sin pesticidas ni químicos, tenemos que estar seguros de que no nos están tomando el pelo.
Así que vale la pena repasar la normativa de la Unión Europea sobre agricultura orgánica y lo que podemos esperar de aquellos productos que tengan su certificación, la Ecolabel.
La Ecolabel -etiqueta que simula una flor con el símbolo de la UE- es un esquema voluntario, lo cual es una pena porque sería ideal que todo el que prometa un producto orgánico se viera obligado a someterse a la evaluación de la UE para obtener esta certificación.
Los criterios que se aplican para otorgar esta certificación incluyen un análisis del impacto del producto en el medio ambiente a través de su ciclo de vida y garantiza que al menos 95% de los ingredientes del artículo han sido producidos ecológicamente, de acuerdo con la normativa establecida por la UE.
Aquellos productos que no llevan la Ecolabel pero que han sido certificados como ecológicos u orgánicos por la UE tienen el símbolo que aparece en la foto.
De acuerdo con la Comisión para la Agricultura y el Desarrollo Rural de la UE, encargada de la certificación, las prácticas agrarias ecológicas incluyen la rotación de cultivos, límites estrictos en el uso de pesticidas y fertilizantes sintéticos, prohibición del uso de organismos modificados genéticamente, cría de ganado en zonas al aire libre y espacios abiertos y alimentación ecológica.
En la web sobre agricultura ecológica de la UE se establece:El etiquetado de los productos procedentes de la agricultura orgánica ha de ir acompañado necesariamente por el código de los organismos de inspección encargados de examinar y certificar a los operadores ecológicos.
Por ejemplo, el actual Reglamento sobre agricultura ecológica de la UE obliga a los agricultores ecológicos a alimentar su ganado con, al menos, un 85% de alimentos ecológicos.
Desde el 1 de enero de 2008, los agricultores tendrán que proporcionar a su ganado un 100% de alimentos ecológicos si desean comercializar sus productos como ecológicos o llevar el logotipo de la UE.
De acuerdo con la UE, los agricultores convencionales que deseen cambiarse al cultivo orgánico tienen que pasar por un periodo de conversión de dos años como mínimo, antes de que sus productos puedan ser comercializados como ecológicos.
Además, estarán sujetos a inspecciones y sólo aquellos que las superen con éxito la certificación ecológica y podrán etiquetar sus productos como ecológicos.
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