Los compramos a montones, e igualmente los desechamos, creando una enorme y vergonzosa montaña de desechos y consumiendo vorazmente los recursos naturales.
Los pañales desechables, aunque prácticos, tardan 200 años en descomponerse en un vertedero.
Pensaríamos automáticamente en los pañales reutilizables o biodegradables, pero incluso hay voces que se levantan en contra de éstos.
Tal parece que 60% de los bebés menores de 12 meses en Estados Unidos sufre de dermatitis del pañal, mientras que sólo 7% de los que usan pañales de tela la sufren.
Además, en términos generales, los pañales de tela también resultan más económicamente rentables que los desechables.
Lynda Fassa, experta en bebés y familia de Planet Green, ha dado el visto bueno a los gDiapers, o pañales híbridos.
Éstos están compuestos por un par de pantalones de tela a prueba de agua, además de una inserción desechable que pueden ser tirada a la basura, algunas veces al inodoro e incluso, según el fabricante, al compost.
Vale, los pañales de tela son más rentables y crean menos desechos.
Pero, ¿qué pasa si vivimos en una zona que sufre sequía? Que quizá lo que nos ahorremos en términos de huella de carbono y generación de desechos lo estaremos gastando en términos de consumo de agua.
¿Y qué pasa con el consumo de electricidad? Al menos durante los primeros meses, habrá muchos pañales de tela que lavar.
Y aunque se use detergente biodegradable, el ciclo más rápido de la lavadora y la temperatura más baja, el consumo de agua y de electricidad sigue allí.
Conclusión: las ventajas de los pañales de tela sobre los desechables dependen de variables de nuestro entorno que tenemos que considerar.
Vía
La llegada de una nueva DANA a España ha puesto en alerta a varias Comunidades tras las olas de calor sofocantes en nuestro país.
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