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Las ciudades costeras de California se preparan para detener el preocupante aumento del nivel del mar

La turística Newport Beach y otras ciudades californianas temen acabar empapadas o, peor todavía, sepultadas bajo el agua.
No, no esperan ningún tsunami.
Su reciente afán por protegerse de inundaciones tiene que ver con el cambio climático y el consiguiente aumento de los niveles del mar.

El miedo ha hecho el milagro porque, hasta ahora, estas urbes hacían oídos sordos ante las advertencias de los científicos sobre las consecuencias del calentamiento global.
Finalmente, aunque andan un poco rezagadas, están empezando a reaccionar, y construirán pantanos, diques o rompeolas, amén de otras estructuras para detener el océano.

Con el objetivo de fortalecer sus playas y puertos crearán humedales para amortiguar la creciente marea, levantarán diques y malecones que sirvan de contención y, en muchos casos, ya se están eligiendo ubicaciones interiores para la construcción de nuevas viviendas.
¿Y por qué tanta prisa? En realidad, las previsiones son como para espabilar: si los niveles del mar aumentaron cerca de 20 centímetros en el siglo pasado, durante este siglo los científicos esperan que estas crecida todavía sea mayor, una predicción alarmante para este estado, cuya costa supera los 1.

290 kilómetros.
Además de los cambios en el mar, el estado de California podría mutar en otros aspectos hasta quedar irreconocible.
A final de siglo, o incluso antes, los científicos esperan que el paisaje cambie radicalmente.
Por ejemplo, además de reducirse las playas y menguar la fauna marina por la pobreza de nutrientes en el agua, un aumento del nivel del mar de un metro bastaría para inundar los aeropuertos de San Francisco y Oakland.
Toda Balboa Island también quedaría sepultada por las aguas.
El científico Jeff Severinghaus es muy gráfico con sus explicaciones: “Si el nivel del mar aumentra sólo 33 centímetros (1 pie), ello trasladaría hacia atrás 33 metros (100 pies) un acantilado.
Sin duda, el océano se tragará muchas casas”.
¿Será el fin de las playas más mundialmente famosas, como la de Malibú? Nada de surfistas, de famosos tomando el sol, de veranos mágicos, a lo Beach Boys.
Sólamente diques, muros rompeolas defendiendo decadentes mansiones del amenazante Pacífico.
Sólamente lejanos acordes de la canción Dreaming California.
Vía

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