Los sabios suelen decir que todo se andará.
Y mirad si hemos andado, que ha llegado el momento en el que las vacas se están vengando tras siglos de explotación.
He aquí que cuatro personas han sido pisoteadas hasta la muerte por vacas en las últimas ocho semanas en el Reino Unido.
Por vacas, que vienen a ser como la representación máxima del atontamiento.
Ante tan anómala situación, la Ramblers Association de Gran Bretaña -que entre otras cosas defiende el derecho al libre acceso al campo- ha advertido al público en general sobre el peligro potencial de cruzarse con un rumiante en el camino.
El diario inglés The Independent informa que en los últimos ocho años sólo ha habido 18 muertes causadas por ganado en general.
Vaya, pues a mí me sorprende que alguien haya muerto bajo las patas de una oveja o una vaca.
Pero ya veis.
En todo caso, del ganado en general las vacas parecen los animales más dóciles.
Curiosamente, dos de los cuatro fallecidos estaban caminando con sus perros.
¿Están envidiosas las vacas por el trato que reciben algunos perros? No deberían, pues hay que enfatizar lo de algunos: cientos de perros son abandonados en España cada verano.
¿Están hartas de que se les ordeñe? Hombre, tiene más sentido.
En los dos primeros ataques fatales, las víctimas estaban caminando con sus perros.
La tercera víctima fatal, en cambio, caminaba con su esposa cuando se acercaron a un grupo de vacas que estaban con sus terneros.
Pero la cuarta víctima, un granjero de 75 años, fue pisoteado por su propio ganado.
Hay cerca de 7,5 millones de vacas pastando en los campos británicos.
Miles de personas caminan cerca de los sitios de pastoreo durante el verano.
El ambiente está caldeado.
Una vaca adulta puede pesar hasta una tonelada, así que no hace falta mucho esfuerzo para imaginar el daño que puede hacer un sólo pisotón.
Si tenéis planeado visitar la campiña inglesa en lo que queda del verano, estad atentos a las vacas y dejad al perro en casa.
Vía