El ejercicio físico moderado, todavía mejor si se practica en un entorno natural, nos regala salud y puñados de endorfinas, también llamadas las hormonas de la felicidad.
Pero no sólo esto, porque, según un nuevo estudio, mover el esquelto influye “en la salud del cerebro, los ritmos circadianos, y el equilibrio emocional“, unos efectos positivos sobre el organismo que se han revelado como tratamiento eficaz no farmacológico para la dependencia del alcohol.
Lo cierto es que combatir el alcoholismo sustituyendo medicamentos por ejercicio físico tiene buenísima pinta.
Aunque los resultados de la investigación se hayan basado en pruebas de laboratorio realizadas con hamsters, los científicos afirman que existen evidencias de que el ejercicio hace disminuir el consumo de alcohol en los humanos.
¿Pero, por qué lo consigue? Porque la actividad física logra equilibrar los ritmos circadianos (o ritmos biológicos), deteriorados por el abuso del alcohol.
Además, los transtornos circadianos también pueden provocar la recaída en los alcohólicos abstinentes, concluye el estudio, que será publicado en la edición septiembre 2010 de Alcoholism: Clinical & Experimental Research.
Recordemos que el calendario circadiano en los mamíferos es regulado por la luz, así como por otras influencias ambientales, como la alimentación, las interacciones sociales …y por el ejercicio.
En palabras de J.
David Glass, biólogo de la Universidad Kent State y autor del estudio:El abuso del alcohol, que se caracteriza por el deseo rutinario de consumo de alcohol, así como por una incapacidad para funcionar normalmente sin él, interrumpe los ritmos circadianos (cuándo vamos a dormir, comer, etc.
).
Con el uso continuo de alcohol, uno puede ir a la cama demasiado temprano o tarde, no duerme toda la noche, y tienen un régimen de alimentación inusual, comer poco durante el día y/o comer en exceso por la noche.
Esto puede llevar a un círculo vicioso de beber, porque como respuesta a esta situación se consume más alcohol para conciliar el sueño, pero lo que se logra es un mayor deseo por el alcohol.
(Traducción libre)Así, a los nefastos efectos del abuso del alcohol se le suman los transtornos circadianos, afectando a la salud física y emocional.
Se entra en un ciclo destructivo que el ejercicio logra detener, haciendo menos fuerte la dependencia de estimulantes.
Vía
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