Con el verano regresan muchos insectos que destruyen las plantas caseras y los jardines.
Aprovecho para dar un enfoque orgánico en el exterminio de estas plagas.
Los nutrientes orgánicos esenciales son el compost o estiércol.
Los fertilizantes orgánicos, como la emulsión de pescado, los extractos de algas marinas, el harina de algas marinas y otros productos naturales se puede encontrar en centros de jardinería.
Lea las etiquetas para determinar los nutrientes que contienen.
N significa nitrógeno y ayuda al crecimiento de las hojas.
P significa fósforo y estimula al crecimiento de las raíces.
K significa potasio, que regula la fotosíntesis y aumenta la capacidad de las plantas para luchar contra enfermedades.
Cuando se trata de hacer frente a los insectos, la regla más importante es identificarlos correctamente, porque lo cierto es que hay muchos insectos beneficiosos pululando por los jardines y a los que no es necesario eliminar.
Por ejemplo, las larvas de escarabajo, crisopas verdes, la mantis religiosa y las arañas.
Estas últimas, de hecho, pueden comerse a los bichos que sí son perjudiciales para las plantas.
No utilice productos químicos, que tienen el potencial para matar a insectos beneficiosos y perjudiciales por igual.
Una alternativa para los cultivos que son particularmente propensos a daños de insectos, es crear una cubierta con una tela muy fina que permita el paso de la luz, la humedad y el aire, pero que sirva de barrera física para los insectos.
Esto es especialmente útil en los cultivos de brócoli, coles de Bruselas, repollo y coliflor, que son comúnmente atacadas por los áfidos.
También es una buena alternativa para las hojas de espinaca y acelga.
Si hay una invasión de insectos hay que buscar productos que sean seguros para su uso en cultivos comestibles.
Por ejemplo, la mayoría de los insectos pueden ser controlados con Bt, el Bacillus thuringiensis.
Este producto contiene bacterias que son perjudiciales para los insectos, pero seguro para los seres humanos.
Vía