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Carbón limpio: ¿solución o publicidad engañosa?

Captura y almacenamiento en el subsuelo del CO2 que se produce en las centrales eléctricas o grandes industrias que consumen combustibles fósiles.
Técnica futura conocida como CCS en sus siglas inglesas.
Algunas empresas están haciendo publicidad del carbón limpio como una opción más para suministrar la energía a un mundo que lucha por detener el cambio climático y conseguir un futuro sostenible.

Mucho mucho dinero se está invirtiendo en su investigación.
¿Nos dará alguna solución o es una cortina de humo para seguir usando las mismas centrales y no cambiar nada?Últimamente seguro que habéis oído hablar del carbón limpio como algo del futuro.

Hay una agresiva campaña para inculcar esta idea en la opinión pública.
Yo personalmente desconfío un poco del asunto.
¿Cómo se supone que funciona el invento? Primera parte, capturar el carbono.
Para ello hay dos alternativas:Gasificar el carbón y utilizar sólo el hidrógeno en la producción de energía, separando el CO2.

Poner una especie de megafiltro en la chimenea que con complejos procesos químicos retiene el CO2.
Muy bonito, pero resulta que estas complejas soluciones de tan caras son inviables, y consumen un 40% de la energía que produce la central.
Sigue leyendo para ver algunas verdades de Perogrullo más sobre este fantástico invento del marketing moderno.
Suponiendo que ya tengamos el CO2.
El siguiente paso es ponerlo en algún sitio.
Pero no es un problema sencillo, no.
Estamos hablando de millones de toneladas al año para una sola central.
Hmmm…enterrémoslo, como todo lo que no sabemos qué hacer con ello.
Para eso podemos:Inyectarlo en los pozos de petróleo.
Genial, porque además sacan más petróleo.
Bombearlo al subsuelo, donde se supone que se quedará atrapado en formaciones rocosas o acuíferos subterráneos.
Ya.
Muy bien, los científicos dicen que es seguro.
¿No serán los mismos científicos que dicen que no hay cambio climático que valga? ¿Y si se equivocan?Estas operaciones no son precisamente sencillas.
Aparte de necesitar muchísima energía (absorbería más del 10% de la energía que ha generado el carbón), es carísimo.
La petrolera noruega StatoilHydro tiene en Sleipner desde 1996 la instalación más avanzada de este concepto de inyectar CO2 en el subsuelo.
Es un proyecto mega compleja y con unos costes que sólo Noruega se puede permitir, con el segundo mayor PIB per cápita del mundo se les escapan algunas excentricidades (como la Bóveda de Semillas).
Pues bien, hacen falta 10 como Sleipner para almacenar el carbono producido por una sola central de carbón.
Nadie discute la viabilidad final de la tecnología.
Al fin y al cabo el ser humano ha alcanzado metas técnicas más difíciles, como las olivas deshuesadas.
Simplemente se trata de analizar el coste de esta solución y el tiempo que llevaría ponerla en marcha.
Y los números no salen.
El gobierno americano se ha gastado billones de dólares desde el 2003 en una planta de demostración de la captura y almacenamiento de CO2 que nunca ha llegado a existir, el programa FutureGen fue cancelado por la falta de resultados.
Tenemos a mano tecnologías mucho más sencillas, como las energías renovables o el ahorro energético.
Soluciones más maduras y cercanas, un euro invertido en desarrollo da beneficios inmediatos ambientales y económicos.
Vía

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