Suzy Menkes, ama y señora de la sección de moda del diario International Herald Tribune, ha entrevistado a Stella McCartney.
La diseñadora acaba de recibir un premio medioambiental en Nueva York, así que era de rigor preguntarle sobre la moda ética y la ecología.
Menkes lo hizo, y McCartney lo dejó claro: no usa cuero, no usa pieles y está convencida de que el mundo de la moda debe pensar globalmente.
No hago [accesorios] de piel y no hago pieles, y no es solamente porque no como animales o porque pienso que medio billón de animales no deberían matarse cada año en nombre de la moda.
Es porque también creo en la conexión entre la piel y el cuero, y el medio ambiente.
Hay una conexión enorme.
(Traducción libre)McCartney se define como una diseñadora que no hace moda desechable.
Cree en diseñar piezas que no van a terminar incineradas, en un vertedero o desechadas de modo que puedan resultar un peligro para la naturaleza.
La diseñadora llama la atención, por ejemplo, sobre la cantidad de agua y químicos peligrosos para el medio ambiente que son utilizados para teñir los tejidos.
McCartney habla, y se percibe cierto orgullo, de sus tiendas alrededor del mundo, las cuales se alimentan con energía eólica, al igual que el cuartel general de su empresa.
También de sus bolsos hechos con papel reciclado o con maíz, y de cómo la conciencia ecológica y medioambiental se ha convertido en un modo de vida para ella y para quienes trabajan con ella.
Preguntada acerca de si debería asumir la posición de embajadora de todo aquello en lo que cree –entre otras cosas, para sacar provecho de su famoso apellido- McCartney respondió que está conciente de que se mueve en una industria que tiene un gran impacto, pero no se preocupa demasiado por estar en primera fila.
Detrás de bambalinas es mucho lo que se puede conseguir.
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