En un pequeño huerto o, si nos atrevemos, incluso en nuestro propio balcón.
Si todo va bien, sembrar unas cuantas semillas nos permitirá comer ricas ensaladas orgánicas.
Si vas a iniciarte en esto del huerto en casa, prueba con cultivos fáciles, como el tomate, el rábano, el calabacín, la remolacha o las zanahorias.
El tomate, rico en vitamina C, necesita un poco de luz solar y una acidez del suelo entre 6 y 7.
(añadiremos al suelo azufre para reducirlo y cal para aumentarlo).
Es sencillo: una vez elegida la tierra, enterrar cada semilla por separado, a un palmo de la superficie.
Regar con un spray un par de veces por semana.
¿Te gustaría plantar rábanos? Estos tubérculos son ricos en ácido fólico, magnesio y calcio, y los puedes cultivar de distintos colores, y necesitan el mismo ph que los tomates.
Crecen en unas cuantas semanas y, también en este caso necesitan algo de sol y un riego ligero.
¿O quizás te apetecería ver crecer remolachas, calabacines y zanahorias?La remolacha requiere introducir las semillas en agua durante el día antes de plantarlas.
Luego de arar la tierra, plantar la semillas a cinco centímetros de altura bajo tierra y regar diariamente.
Los calabacines se plantan de un modo curioso, sobre un pequeño montículo de tierra, que regaremos cada dos días, y si todo va bien brotarán en un par de semanas y estarán listos para consumir un mes más tarde.
Y las zanahorias, dejando de varios centímetros entre agujeros, se plantan dos semillas a tres centímetros de profundidad.
Aquí, el truco consiste en mantener el suelo húmedo, y en dar menos agua a las zanahorias más crecidas.
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