Son las tres de la madrugada de un día cualquiera, y tienes la loca idea de comprar mantequilla y huevos frescos.
Pues bien, si estás en Alemania tu antojo puede hacerse realidad fácilmente: sólo tienes que acercarte a un gran frigorífico del color de los campos de trigo, echar un euro, otro, otro, y ¡pom!, ahí tienes, productos frescos a golpe de moneda: “Gracias por su compra”, te dice luego una voz metálica.
¿Imaginas una máquina expendedora de productos agrícolas y de granja? Más baratos, bien frescos y sin intermediarios, parece toda una gran idea …justo la que ha puesto en marcha una empresa alemana.
Y digo que puede ser una gran idea no sólo por abaratar precios al consumidor y aumentar los beneficios del agricultor o granjero, y también al minorista, sino porque se fomenta el consumo de alimento local y, lo más importante para los amantes de los animales: hay más márgen de beneficio que poder reinvertir en bienestar animal.
Por mucho que la iniciativa de la granja alemana Peter-Paul-und-Hof se extienda, mucho me temo que no logrará nunca acabarse con las complejas cadenas de suministros que nos envuelve y seguiremos sufriendo el exagerado aumento de precio de un producto agrícola o de granja en el camino que recorre desde los productores a los consumidores.
Pero, al menos para la granja Peter-Paul-und-Hof, la máquina expendedor ha sido la solución a muchos de sus problemas.
Y todo gracias a una buena idea y a la colaboración con las máquinas Regiomat (fabricadas por Stuewer), a través de las que actualmente venden leche fresca, huevos, mantequilla, queso, patatas y chorizo en trece ciudades de Alemania y junto a rutas de senderismo en Suiza.
¿Cómo surgió la idea? Todo vino por la falta de tiempo de los ganjeros de Peter-und-Paul-Hof, que les hizo poner en marcha un exitoso servicio de entrega de leche a sus clientes, consistente en que éstos la recogieran por sí mismos de los frigoríficos en su granja.
Esto fue lo que les inspiró a usar las máquinas expendedoras como una solución más versátil.
Los impulsores de esta iniciativa están deseosos de que su concepto de que la granja, beneficiosa tanto para los agricultores y los consumidores locales, se extienda a otras partes del mundo.
Están convencidos de que, como les pasó a ellos, que se cansaron de vender sus productos a los grandes supermercados a precios bajos, otros se lanzarán a vender su cosecha directamente a la gente, sin intermediarios.
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