La actividad física en buena compañía es más que un simple ejercicio y, si son niños quienes la hacen y es en un entorno natural, se obtendrán beneficios para su salud, su autoestima y el fomento del aprendizaje.
Pero ahora sabemos algo nuevo: los mejores amigos de los pequeños son un buen empuje para huir del sedentarismo.
Según los científicos, salir con los amigos, en el caso de los niños y las niñas, suele ser sinónimo de mayor actividad física.
Tal ha sido la conclusión de un estudio realizado por la Universidad de Bristol, en el Reino Unido: los peques que realizan actividades con sus mejores amigos acaban teniendo mayores niveles de actividad física.
El objetivo del estudio, que analizó a niños de 11 años de edad, era averiguar si existía vínculo entre los niveles de actividad física y la relación con los mejores amigos.
Para llegar a alguna conclusión, se recogieron datos de un total de 986 niños, en concreto sobre su actividad física y su relación con su compañero o amigo preferido (entre otras cosas, saber si éste les animaba a estar activos).
Tras estudiar estos datos, se encontraron asociaciones entre el niño y su amigo a la hora de realizar actividad física.
Así, la amistad alienta a moverse y, de cara a la política, ello supone una buena pista para promover medidas que apoyen la actividad física entre los grupos de amigos, dicen los investigadores.
Por pasiva, también se halló que los niños que participaban menos en actividades físicas con sus mejores amigos, en general lograban menores niveles de actividad.
Por lo tanto, teniendo en cuenta que un niño sedentario suele ser un adulto sedentario, alimentar la amistad desde niños aumenta la probabilidad de mantenerse en forma y activo también de adulto, reduciendo el riesgo de enfermedades circulatorias.
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