Desde el brownie hasta la tarta con sirope de maíz, postre por excelencia del sur de Estados Unidos, las nueces de pecan son un clásico en la gastronomía del sur de Norteamérica.
Más largas y oscuras que las nueces que solemos tener en España, las maravillosas nueces de pecan están en el corazón del estado de Texas: su árbol es el árbol oficial del estado.
Y está en peligro.
La evidencia recogida desde las Montañas Apalaches, en el este, hasta Nuevo México, en el centro-sur, la contaminación por dióxido de azufre está matando a la vegetación, especialmente a los árboles de nueces de pecan.
Desde Texas, los agricultores informan de la muerte extensiva de sus árboles.
Todas las miradas se dirigen hacia las emanaciones de las 19 plantas de carbón del estado.
Una de ellas, la Fayette Power Project, es la pesadilla de los agricultores de la zona de Austin, la capital del estado.
Agricultores citados por AP dicen que todo el ecosistema, no sólo los árboles de pecan, está bajo presión.
Esqueletos de árboles y planicies amarillentas es lo que queda de los que eran tupidos huertos, secos por el dióxido de azufre.
El Lower Colorado River Authority, que opera la planta de Fayette, sostiene que no hay vínculo científico entre las emisiones de la planta y la muerte de los árboles, teniendo en cuenta que la región también ha sufrido importantes sequías.
La Comisión de Texas sobre Calidad Ambiental dice que los monitores de aire indican que la planta de Fayette no es la causa probable de la mortandad de la vegetación.
La planta opera bajo un programa estatal que ha sido rechazado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA), que sostiene que no permite el monitoreo preciso del aire y viola la Ley de Aire Limpio.
Vía
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