La época de las incómodas y desagradables gripes está a la vuelta de la esquina: malestar general, congestión nasal, moquitos, mocazos …y un pañuelo siempre a mano.
Bueno, uno no, decenas, hasta cientos de pañuelos de papel podemos llevarnos por delante cuando la gripe arrecia.
Pero nuestros estornudos cuestan un pastón ecológico a los bosques, porque el suavísimo papel tisú que te llevas a la nariz viene de triturar árboles centenarios que proceden de las reservas naturales del planeta.
¿Qué tal si volvemos a los pañuelos de tela, los de toda la vida? ¿Te animas a sacarlos del fondo del cajón?Aunque te cueste creerlo, existen alternativas al uso del típico pañuelo de papel, como por ejemplo, usar papel reciclado (por suerte, Greenpeace logró que Kimberly-Clark, compañía que fabrica los famosos Kleenex, aumente el uso de pulpa de madera reciclada pero, ojito, sólo en un porcentaje del 40%) o, mejor todavía, como te proponemos en este post, podemos volver a los pañuelos de tela.
Sí, aquellas telas cuadrangulares que siempre llevábamos en bolsos y bolsillos… ¿Qué no sabes de qué hablo? Pues hace algunos años, encontrarte una cajita de pañuelos debajo del papel de regalo era de lo más normal.
Cuando el uso de los pañuelos de papel no estaba tan textendido, ni éramos tan fanáticos del usar y tirar, regalar un pañuelo en el cumpleaños era como regalar un pijama, unos calcetines o ropa interior, pero se trataba de algo mucho más delicado y personal, con sus bordados y sus estampados llenos de dibujitos.
Además de velar por la naturaleza, los pañuelos de papel son una seña de identidad, un placer para la vista y los sentidos.
Una idea es echar en una de sus puntas una gotita de tu perfume favorito, o de un agua de colonia fresca si lo prefieres, y llevarlo siempre contigo.
También puedes aromatizarlos guardándolos en una cajita o en el cajón con hierbas como romero, rosas o tomillo secos, o con aceites esenciales.
Si puedes, elígelos de algodón orgánico, suaves, incluso puedes bordar en ellos algún motivo que te agrade (tus iniciales, un muñequito, flores…).
Usándolos ahorrarás papel desechable y contribuirás a que los bosques sigan almacenando grandes cantidades de carbono, ayudando a combatir el cambio climático.
Pero eso no es todo, además de hacer menos basura, economizarás dinero y acariciarás tu naricita con un suave tejido que, se limpia en un pispás, mientras te lavas las manos, por ejemplo, y se seca en no más de diez minutos al sol.
Vía
La llegada de una nueva DANA a España ha puesto en alerta a varias Comunidades tras las olas de calor sofocantes en nuestro país.
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