Tal vez el mayor problema que presentan los agrocombustibles o biocombustibles provenientes del maíz no sea que, al competir por tierras hasta entonces productoras de alimentos, suba el precio del grano.
No, tal vez el mayor inconveniente del etanol sea que requiere de demasiada agua para su producción.
Es lo que se desprende de un estudio elaborado por la Universidad de Minnesotala producción de etanol de maíz requiere aproximadamente tres veces más agua que se había pensado anteriormente.
Recordando la situación dramática en cuanto a escasez de agua que atraviesa California, donde se ha declarado el estado de excepción por la sequía y donde se vive una situación desesperada en el Valle Central, podremos atisbar mejor los peligros de destinar tanta agua destinada al etanol.
En efecto, la falta de agua está detrás de algunos de los problemas de producción alimentaria que se han vivido en Estados Unidos los últimos años.
Para producir 3,7 litros de etanol pueden llegar necesitarse 8.
000 litros de agua, dependiendo del tipo de explotación agrícola y los sistemas de producción del biocarburante.
Se da la circunstancia que, entre 2005 y 2008, el uso del agua para la producción de etanol aumentó en un 246%, mientras que EEUU ha aumentado la producción de bioetanol sólo en un 133%.
Resumiendo: tal vez, lo que debe preocuparnos más de la alternativa supuestamente ecológica de los agrocombustibles sea el hecho de estar acabando con el agua de las generaciones venideras.
Probablemente eso sea lo que se ajuste más a la realidad, más que tener la sensación de estar quemando la comida de los pobres del Sur en el tanque de combustible de nuestros vehículos.
Ojalá que el etanol celulósico, o etanol de segunda generación, mejore las limitaciones e inconvenientes del maíz.
Vía