El fósil de un dinosaurio de 110 millones de años de antigüedad ha sido hallado accidentalmente en la explotación de arenas de petróleo del norte de Alberta, en Canadá.
Se trata de un anquilosaurio, un dinosaurio herbívoro con extremidades de gran alcance, una armadura acorazada y una cola gruesa como un mazo.
El ejemplar hallado debió medir unos cinco metros de largo y unos dos metros de ancho.
La primera sorpresa que se llevaron los paleontólogos citados en el lugar del descubrimiento es que aquel dinosaurio no debería haber estado allí en primer lugar, pues se cree que hace millones de años esa zona estaba cubierta por el agua.
La segunda sorpresa es que el fósil estuviera en tan buenas condiciones: tridimensional, no aplastado por los sedimentos.
Y además de las sorpresas, hay una afortunada casualidad: el trabajador que halló el fósil había visitado el museo de dinosaurios Royal Tyrrell, al sur de Alberta, una semana antes.
Donald Henderson, curador del Museo, ha dicho a Reuters que tal vez el trabajador estaba subconscientemente preparado para hacer el hallazgo.
La empresa que dirige la explotación de arenas de petróleo, Suncor Energy, ha suspendido los trabajos en el sitio y ha dado a los científicos tres semanas para extraer el fósil y enviarlo al museo.
Por trabajos ha de entenderse la deforestación de grandes extensiones de bosque boreal para poder acceder a las bituminosas.
También conocidas como arenas de alquitrán, son una combinación de agua, partículas de arena y betún.
75% de las reservas mundiales de este producto, que debe ser tratado antes de que las refinerías puedan convertirlo en combustible, se encuentra en la Faja Petrolífera del Orinoco, en Venezuela, y en en Athabasca, Canadá.
Vía
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