Frecuentemente, los murciélagos vuelan ebrios y, otra sorpresa más: no se les nota nada.
Según un reciente estudio, cuando estos quirópteros comen frutas fermentadas, ingieren una cantidad de alcohol similar a la que contiene una cerveza pero, a diferencia de nosotros, no muestran síntomas.
Así es, cuando los murciélagos conducen borrachos lo hacen de forma segura.
Esto queda demostrado por unos investigadores canadienses, que han realizado un experimento comparando el vuelo y el funcionamiento de la ecolocación (percepción de obstáculos sin utilizar la vista) en murciélagos que habían ingerido etanol, y otros que no lo habían hecho.
Los murciélagos aficionados a echarse unos tragos al caer la noche son los frugívoros y nectarívoros, es decir, los que comen a menudo frutas y néctar fermentados.
Es a través de esta ingesta cómo pueden consumir los niveles de etanol que les llevan a la embriaguez.
Unas borracheras que, sin embargo, no alteran su seguridad en el vuelo ni su capacidad para acceder a los alimentos o supervivencia en general, averiguaron los científicos.
En el experimento, se alimentó a un grupo de murciélagos silvestres capturados con agua con azúcar, mientras un segundo grupo también ingirió etanol, añadido a la solución.
Y, en contra de lo esperado por los investigadores, ni el vuelo y ni el comportamiento de la ecolocalización se vieron significativamente afectados por el consumo de etanol, aunque los grupos sí difirieron en su concentración de alcohol en la sangre después de consumirlo.
El estudio concluye que los murciélagos tienen tolerancia al etanol, considerándose este hallazgo como un paso importante en el conocimiento de estos beneficiosos animales, en concreto de los tipos frugívoros y nectarívoros.
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