Tan sólo sobreviven 120 aligatores de la subespecie que habita en el río Yangtze, en China, y su hábitat natural no ayuda mucho.
Esta fuente fluvial, la tercera más larga del mundo, está en buena parte de sus tramos contaminada a niveles irreversibles, según afirman muchos ecologistas.
Pero a pesar de todos los malos vaticinios, la población actual es suficiente para empezar un plan de recuperación.
La caza furtiva es otro obstáculo para la protección de estos reptiles.
Los aligatores del Yangtze son considerados un manjar y se cree que su carne cura el cáncer y los resfriados.
Hoy la mayoría son criados en granjas y su principal mercado son los restaurantes.
Los expertos creen que estos reptiles tienen una buena oportunidad de duplicar su población en una plazo de cinco a diez años.
Esto se debe a un aparente aumento de la esperanza de vida del aligator.
Wang Chaolin, subdirector del instituto chino de Protección de la Reserva Natural, afirma que por primera vez en mucho tiempo se han visto bebés aligatores en vida silvestre.
Normalmente la tasa de supervivencia es del 2 por ciento.
Pero el hallazgo de las crías indica que el el número de especies está aumentando.
También se han encontrado nuevas pistas del animal en otros entornos, como en la ciudad de Wuhu, un lugar que llegó a ser un hábitat común para este reptil.
Los programas de conservación han desempeñado un papel integral en el resurgimiento del caimán Yangtze.
Esta raza de cocodrilos ha tenido mucho éxito en cautiverio.
En 1988, según el Centro de Investigación de Cría existían 4.
000 ejemplares en cautividad.
Ahora, hay más de 10.
000.
Los investigadores están preocupados de que los caimanes mueran de éxito: es decir que no desarrollen suficientes defensas como para sobrevivir en estado natural.
De estos 10.
000 caimanes criados en condiciones especiales, sólo seis son liberados en la naturaleza cada año y hay pocos lugares dónde puedan ser liberados.
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