Hoy concluyeron en Barcelona las últimas negociaciones formales antes de la cumbre mundial sobre el cambio climático en Copenhague.
El balance: negativo.
Los países en vías de desarrollo amenazan con abandonar la conferencia de diciembre si los países ricos no se comprometen a recortes mucho mayores en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Y la UE y la ONU, por su parte, acusan del fracaso a Estados Unidos.
Repasando esta cumbre celebrada en Barcelona, desde el día 2 hasta hoy, vemos cómo el primer día los países de África boicotearon parcialmente la reunión, cómo al poco de empezar el Presidente de la Comisión Europea se mostró bien poco optimista, y cómo ayer su negociador jefe ya directamente descartó la posibilidad de lograr un acuerdo vinculante, con sanciones para quien lo incumpla, en la COP15 de Copenhague.
En lugar de ese acuerdo vinculante y ambicioso, parece que de Copenhague saldrá un acuerdo marco de tipo político, a pesar de la asistencia confirmada de más de 40 jefes de estado de todo el mundo y de la presión de la ciudadanía y de la comunidad científica, que condenan que los objetivos de reducción de emisiones son insuficientes.
Parece que las distancias entre las posiciones son casi insalvables, por lo que todo apunta a que las conversaciones a continuarán hasta bien entrado 2010.
En realidad, los EE.
UU.
, la UE y el Reino Unido aceptaron en Barcelona que lograr un acuerdo ejecutivo vinculante tomaría al menos seis meses en completarse.
Los mayores escollos para cerrarlo, a día de hoy, son, según Yvo de Boer, jefe negociador de la ONU, los siguientes:Se ha avanzado poco sobre las cuestiones clave de los objetivos de emisión y la financiación que permita a los países en desarrollo a limitar sus emisiones y adaptarse al cambio climático.
Sin estas dos piezas del puzzle en su lugar, no tendremos un acuerdo.
(Traducción libre) En esa misma línea, se expresaron hoy los 130 países en desarrollo representados por el grupo G77.
Dijeron que abandonarían la cumbre de Copenhague si los países ricos no ofrecen reducciones de las emisiones mucho más profundas y más dinero.
Por su parte, la ONU y la UE, junto a varias ONG, acusan a los EE.
UU.
de estar poniendo en peligro años de negociaciones y la posibilidad de lograr un acuerdo.
El problema es que la Administración Obama presumiblemente no tendrá tiempo suficiente para aprobar en el Senado una ley de reducción de emisiones como para llegar a Copenhague cifras en mano.
A su vez, desde algunas ONG, como Oxfam, se critica que: Los países ricos están utilizando los EE.
UU.
como una excusa para poner los intereses nacionales por encima de aliviar el sufrimiento de millones de personas.
(Traducción libre)Para que este post no sea enteramente depresivo, cabe destacar que sí se avanzó en acuerdos sobre transferencia tecnológica, reducción de las emisiones por deforestación en los países pobres, y sobre la manera de distribuir los fondos para ayudar a los países a adaptarse al cambio climático.
Vía