Voceros de la empresa petrolera Shell han dicho que los proyectos para capturar las emisiones industriales de CO2 y almacenarlas bajo la corteza terrestre podrían reducir la contaminación por CO2 hasta 40%.
Esta técnica, que en sus siglas en inglés se conoce como CCS -carbon capture and storage- consiste en bombear las emisiones de dióxido de carbono bajo tierra.
Un consultor de Shell para asuntos medioambientales ha dicho que la CCS es probablemente la fuente de reducción potencial de CO2 más grande para los próximos 30 años, y una forma de lidiar con 30% a 40% de las emisiones globales.
Esta tecnología está siendo usada desde Tejas, en Estados Unidos, hasta Algeria, para bombear el CO2 hacia las reservas de petróleo y gas, presurizándolas para incrementar los resultados.
Shell, un paso más allá, apuesta por convertirse en líder de la industria en cuanto a almacenar tanto sus emisiones como las de otras compañías.
Para ello, la compañía ya tiene en prueba siete proyectos de CCS, y espera financiar futuros proyectos a través de los lucrativos créditos de CO2.
Los costos son un inconveniente.
Construir estos proyectos cuesta hasta ahora 2 billones de dólares por cada millón de toneladas al año de emisiones.
Vía
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