La Isla Henderson forma parte del archipiélago de las Pitcairn, en el Pacífico Sur, territorio de ultramar del Reino Unido de Gran Bretaña.
Se trata de una isla coralina no habitada que fue designada patrimonio mundial natural por la Unesco en 1988 debido a su rica diversidad de aves.
Ahora esta riqueza de aves, muchas de cuales son especies en peligro de extinción que sólo se encuentran en dos islas remotas, está bajo la presión de una creciente población de ratas y ratones.
Explica The Independent que los roedores fueron introducidos por los polinesios en el siglo XIV en esta pequeña isla, así como en la Isla Gough, en el Atlántico.
Su voracidad –comen los huevos que las aves marinas ponen- está destruyendo poblaciones únicas de aves entre las que se encuentran cinco especies únicas en el mundo.
Si el Reino Unido no logra solucionar el problema, la Unesco retirará a ambas islas su estatus de patrimonio natural.
Solemos pensar en las ratas y los ratones como animales de ciudad, que necesitan de nuestros desperdicios para prosperar.
Se nos olvidan, por ejemplo, los muchos cuentos infantiles protagonizados por granjeros y ratas de campo enfrentados en una guerra constante por el heno.
Y ahora tendremos que pensar en las ratas que habitan en estas dos pequeñas islas, deshabitadas y casi inaccesibles, en las que los roedores podrían llevar al petrel a la extinción.
La Isla Henderson no es el único paraíso natural amenazado por los roedores en el Pacífico.
A principios de este año el gobierno australiano informó del desarrollo de una operación de exterminio en la Isla Lord Howe, a 800 millas de la costa de Sydney, considerada por muchos como uno de los lugares más bellos del mundo.
La operación, que se llevará a cabo en 2012, consistirá en rociar 42 toneladas de veneno para ratas sobre la isla, infestada de roedores.
Se cree que las ratas fueron introducidas en barco en 1918, y desde entonces se han multiplicado hasta alcanzar un número inmanejable.
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, son responsables de la desaparición de cinco especies de aves, así que son la mayor amenaza para la vida silvestre en la isla.
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