Mientras la mayoría de los humanos pasamos nuestros días lidiando sobre todo con los de nuestra especie, Kevin Richardson, conductista animal, pasa los suyos entendiéndose con los leones de su reserva privada de Johannesburgo.
Entendiéndose, abrazándose, jugando y, en general, interactuando con estos leones nacidos en cautividad.
La primera vez que Richardson tuvo contacto con un león, hace once años, quedó deslumbrado por este animal.
Su relación con su manada se ha establecido basándose sobre el instinto y la comprensión, pues dice negarse a usar comida, juguetes o armas para tratar con los animales.
Como podéis ver en el vídeo, los leones compiten entre sí por la atención y las caricias de Richardson.
No hay más que gestos de amor.
Él dice estar consciente de que algún día esto podría cambiar, quizá a diferencia de otros hombres que han interactuado de forma cercana y constante con animales salvajes.
Sus leones no están confinados, tienen una gran extensión de sabana para moverse así que conservan muchos de sus instintos cazadores.
El humano acepta el riesgo, la recompensa es mucho mayor.
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