Como recuerda Sindya N.
Bhanoo en The New York Times, Lucy es el fósil de homínido más famoso del mundo.
Incluso los indiferentes a la antropología retuvieron el nombre en sus memorias durante un buen tiempo, de tanta exposición que recibió en los medios de comunicación este esqueleto parcial de Australopithecus afarensis que fue hallado en 1974.
Lucy podía caminar erguida, como indicaban la forma de su pelvis y la articulación de su rodilla, pero ¿qué tan bien lo hacía? ¿Utilizaba, como otros homínidos, sus pies para aferrarse a las superficies? En el número actual de la revista Science está una respuesta: el A.
afarensis tenía los pies arqueados, como los humanos modernos, así que caminaba erguido.
Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de la Universidad de Missouri y la Universidad Estatal de Arizona, luego de estudiar un hueso fosilizado de pie encontrado en Hadar, Etiopía.
Se trata de un cuarto metatarsiano bien conservado, uno de los huesos largos que conecta el dedo a la base del pie.
Según reseña el diario estadounidense, el hueso es más similar al del pie humano moderno que al de los simios y sugiere que en el pie de A.
afarensis había un arco bien formado que se absorbía el impacto.
Etiopía, que es el estado independiente más antiguo de África y uno de los más antiguos del mundo, es también un tesoro para paleontólogos y antropólogos.
En la última década han sido hallados numerosos fósiles de homínidos, lo que le ha valido el calificativo de cuna de la humanidad.
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