No imagino cómo reaccionaría yo si tuviera a un cacho tiburón delante.
O, mejor dicho, lo raro sería poder reaccionar ante semejante fila de estiletes, perdón, de dientes.
Patricia Trumbull no sólo lo hizo, sino que además logró espantarlo.
Defenderse del escualo con “puñetazos, golpes y puñetazos” le salvó la vida, relata esta mujer australiana de 60 años de edad.
Aunque acabes lleno de mordeduras, sobrevivir al ataque de un tiburón es casi un milagro, en este caso ocurrido gracias a unos contundentes puñetazos.
Y no, Patricia no es la hija de Mazinguer Z, sus puños fuera han dado resultado como podrían no haberlo hecho: hay quien aconseja hacer movimientos bruscos para evitar que un tiburón se te zampe, pero esta acción también puede atraer más tiburones hacia la presa.
El ataque se produjo mientras Patricia buceaba cual sirena en las paradisíacas Islas Whitsunday, un lugar muy popular para el sumarinismo, situado en Queensland (Australia).
De todos modos, Patricia Trumbull tampoco salió de rositas: sufrió mordeduras profundas en las piernas y las nalgas, graves heridas que no fueron a más gracias a unos cuantos puñetazos en el hocico.
Éste es su escalofriante relato:Pensé: éste tiburón este no va a acabar conmigo, y empecé con un puñetazo en su hocico, y otro, y otro más.
Puñetazos, golpes, puñetazos… sin parar.
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