Ya os lo hemos dicho antes: el uso excesivo de desinfectantes y productos de limpieza antibacterianos puede conducir a la generación de super bacterias inmunes a nuestros ataques.
Muchos de los artículos de limpieza del hogar pueden contener un agente antibacteriano y antimicótico denominado triclosan.
Un estudio demostró que esta sustancia reduce la temperatura corporal y tiene un efecto depresor no específico sobre el sistema nervioso central.
De acuerdo con un artículo publicado en The Globe and Mail, el triclosán puede reaccionar con el cloro en el agua potable y producir cloroformo, que es un carcinógeno.
De hecho, en agosto de este año la Asociación Médica Canadiense pidió al gobierno de Canadá que prohibiese todos los productos de limpieza del hogar antibacterianos, por temor a que produzcan resistencia en las bacterias.
Además, el triclosán se bioacumula en los peces.
Se ha encontrado en la sangre de los delfines nariz de botella y algunos estudios de laboratorio con ratas y ranas muestran que puede alterar la hormona tiroidea y afectar las funciones importantes en el nivel celular.
Pese a esto, los jabones que contienen triclosan no han demostrado ser más eficaces en la prevención de las enfermedades normales que el jabón corriente y el agua.
En 2005, un panel de expertos asesor de la FDA votó 11 a uno que los jabones antibacterianos no son más eficaces que el jabón regular y el agua en la lucha contra las infecciones.
¿Cuál puede ser el sustituto para el uso de estos antibacterianos, ahora que las enfermedades infecciosas nos tienen a todos con los sentidos alerta? Los médicos recomiendan volver a las viejas y sanas costumbres: agua y jabón, y el uso de los geles de alcohol cuando sea necesario.
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