La savia de una planta fácil de encontrar en caminos y bosques de las regiones mediterráneas y otras partes del mundo, conocida como ésula redonda, tamagallos, letrera o peplo, entre otros nombres, podría ser mano de santo para curar el cáncer de piel.
El poder sanador de este milagroso arbusto (Euphorbia peplus), que crece entre la maleza, podría ser una eficaz terapia contra los cánceres de piel sin melanoma, según los investigadores.
Sus grandes propiedades para combatirlos se demostraron en los cánceres de piel sin melanoma provocados por el daño solar, potencialmente mortal sin tratamiento médico.
En concreto, en las pruebas realizadas por un equipo de científicos en Australia se trató con éxito a 36 pacientes con un total de 48 lesiones con células cancerosas que o no habían respondido a la cirugía como tratamiento convencional, no quisiero operarse o no se recomendaba la cirugía por su edad.
Aunque la planta forma parte de la medicina popular tradicional para tratar verrugas, el asma y varios tipos de cáncer, no ha sido hasta ahora que la ciencia ha comprobado sus posibilidades, y publicará sus hallazgos esta semana en el British Journal of Dermatology.
Durante las pruebas, los pacientes fueron tratados una vez al día durante tres días consecutivos por un oncólogo con un bastoncillo de algodón para aplicar la cantidad suficiente de savia, cubriendo la superficie de cada lesión.
Tras sólo un mes 41 de los 48 tipos de cáncer había desaparecido por completo, y los efectos secundarios fueron bajos, indoloro en la mayoría de los casos.
Eso sí, nada de aplicar por nuestra cuenta la savia sobre la piel, pues irrita la piel de forma importante, también los ojos, pudiendo requerir hospitalización.
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