En medio de las predicciones de extinción por el calentamiento global, un análisis de antiguas dentaduras sugiere que los animales pueden ser más adaptables de lo esperado.
Los dientes fueron recogidos en Florida, Estados Unidos, y pertenecieron a animales que vivieron en épocas de glaciación cuando en la tierra reinaban temperaturas extremas.
El estudio cuestiona la visión de muchos biólogos que consideran que la mayoría de los animales no pueden adaptar sus patrones de comportamiento.
Un estudio publicado en Nature en 2004 afirmaba que aproximadamente una cuarta parte de todas las especies podrían extinguirse en el 2050 si la temperatura del planeta aumenta en alrededor de 6 grados Fahrenheit.
Las predicciones se basan en modelos en los que las criaturas no alteran sus hábitos si su entorno cambia y son incapaces de reaccionar si sus tradicionales cadenas alimenticias son interrumpidas.
Pero este grupo de investigadores del Museo de Historia Natural de Florida, liderado por Larisa DeSantis, intenta demostrar que las dietas varían y que los animales no están haciendo lo mismo constantemente a través del tiempo.
Los autores del nuevo informe, advierten que no intentan desmitificar las advertencias sobre el calentamiento global.
El co-autor del estudio Robert Feranec, un paleontólogo de vertebrados del Museo del Estado de Nueva York, dice que no se puede utilizar este estudio como un modelo para lo que va a pasar a una especie determinada.
Pero si efectivamente se produce un calentamiento global extremo, entonces también habrá cambios en el comportamiento de los animales y esos cambios serán complejos.
Es difícil de entender lo que el calentamiento global va a provocar.
Los 115 fósiles de dientes en estudio procedían de 11 especies de mamíferos grandes, algunos todavía se encuentran en Florida y otros ya no existen: caballos, ciervos, berrendo, tapires, dos tipos de llamas, dos tipos de pecarí, y tres tipos de mamut.
El primer grupo data de aproximadamente 1,9 millones de años, cuando Estados Unidos quedo atrapado en una edad de hielo.
El segundo grupo de fósiles data de alrededor de 1,3 millones de años, un período de retroceso de los glaciares.
Los alimentos tienen diferentes proporciones de isótopos de carbono.
Los coeficientes de carbono se registran en los dientes, pelo y colmillo de los animales, por lo que los investigadores fueron capaces de deducir la dieta de estos seres vivos mediante el análisis de la composición química de sus dientes.
Cuando hacía frío, las hierbas dominaban la dieta de los animales.
Cuando la tierra se calentó, la dieta consistía en una mezcla de hierbas, arbustos y árboles.
Vía
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