No hay pingüinos en el Ártico.
Este hecho ha sido ampliamente incorporado en el saber popular, al igual que el hecho de que no hay osos polares en la Antártida (y que la Antártida está en el sur… y que no es lo mismo que la Atlántida).
Bastante menos extendida está la explicación de por qué no hay pingüinos en el Polo Norte si pueden sobrevivir en otro entorno tan frío como el Polo Sur.
Este punto de partida ya es erróneo.
En primer lugar, el Ártico NO es tan frío como la Antártida.
De hecho, hay diferencias importantes entre ambos extremos del planeta.
El Ártico es un océano cubierto de hielo, rodeado por islas y tres continentes.
La Antártida, en cambio, es un gran continente rodeado por un océano, carente de población indígena, más alto, frío, ventoso, seco y aislado que el Ártico.
En segundo lugar, los pingüinos pertenecen a la familia Spheniscidae, grupo de aves marinas, no voladoras, que habitan únicamente en el Hemisferio Sur.
Sólo una especie, el Spheniscus mendiculus, vive sobre la línea del Ecuador, en las Islas Galápagos.
En cada zona del planeta hay especies endémicas que son exclusivas de dicha zona, aunque haya otros lugares en el planeta con características similares.
Ese es el caso de los pingüinos.
Por último, el frío es una de las claves que explica por qué no hay pingüinos en el Ártico.
Georgia Mierswa, del blog de Oxford University Press, señala que sus cuerpos están investidos de grasa.
Esto los aísla del frío cuando están en el agua pero también hace que se recalienten cuando están en tierra, por lo que los cálidos trópicos son una barrera para su propagación en el hemisferio norte.
Vía
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