Naciones Unidas reformará el proceso que se aplica para alcanzar acuerdos, al menos en las negociaciones sobre el cambio climático.
Ban Ki-moon, secretario general de la organización, reconoció que se trata de un proceso burocrático y difícil el que se sigue para alcanzar un acuerdo unánime entre 192 países.
A principios del año próximo, Ban Ki-moon establecerá un grupo de alto nivel sobre desarrollo y cambio climático específicamente para que estudie cómo agilizar el proceso de negociaciones.
Lo engorroso del proceso de negociación y toma de decisiones unánimes en el seno de Naciones Unidas, generalizado en la organización y puesto en total evidencia durante la COP15, fue motivo de numerosas críticas.
El primer ministro del Reino Unido, Gordon Brown, uno de los dirigentes más involucrados en la cumbre, fue uno de los primeros en decir que lo que sucedió en Copenhague fue un proceso de toma de decisiones lleno de defectos.
Representantes como los de Bolivia, Sudán y Venezuela –la representante de este último incluso se autolesionó para dar mayor dramatismo a su discurso- fueron aludidos tácitamente por Brown como culpables de bloquear la adopción formal de un acuerdo, pues hay que recordar que el documento aceptado en la COP15 no sólo no es jurídicamente vinculante sino que tampoco fue aprobado de forma oficial por unanimidad.
Ed Miliband, secretario para el clima del Reino Unido, ha llamado la atención sobre la actitud de China, que logró vetar dos de los puntos más importantes para los países en desarrollo y los activistas medioambientales.
Para algunos, el caótico final de las conversaciones puso al descubierto la limitada influencia del bloque en el escenario mundial, dado que los países en desarrollo afirmaron haber llegado a un acuerdo con Estados Unidos en una reunión a la que la UE no fue invitada.
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