La contaminación radioactiva ocurre cuando algún material radiactivo es liberado en el medio ambiente de forma no intencional.
Generalmente, se produce a través de un accidente en una planta de energía nuclear o la liberación accidental de material radioactivo médico o industrial.
La Health Physics Society establece que una persona está contaminada externamente con radioactividad si es hallado material radiactivo en su piel o ropa.
Por otro lado, se determina que hay contaminación interna si el material radiactivo es respirado, ingerido o absorbido a través de heridas.
La radiación en el medio ambiente proviene de fuentes tanto naturales como generadas por el hombre.
Por ejemplo, la minería puede dejar al descubierto y alterar los materiales radiactivos que están en el medio ambiente de forma natural.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades establecen que una persona expuesta a la radiación no está necesariamente contaminada.
Por ejemplo, una persona es expuesta a la radioactividad cuando se somete a una radiografía.
Para que una persona esté contaminada, debe haber residuos de material radiactivo dentro o fuera de su cuerpo.
Hanford, en Estados Unidos, es un lugar supervisado por el Departamento de Energía en el que es producido alrededor de dos tercios del plutonio utilizado en el arsenal nuclear de ese país a partir de la Segunda Guerra Mundial.
En algunas zonas hay contaminantes presentes en forma de sales.
Los conejos han excavado madrigueras allí y en sus cuerpos ha sido encontrado estroncio y cesio, que emiten rayos gamma.
El caso reciente más conocido de contaminación radioactiva se produjo en Fukushima, Japón, a raíz del terremoto y posterior tsunami que destruyó una central nuclear.
Los casos de contaminación de carne, verduras, té, leche, mariscos y agua se sucedieron en la zona y convirtieron este incidente en la peor crisis nuclear después de Chernóbil en 1986.
Vía