Definitivamente, Alemania ha escarmentado en cabeza ajena.
El accidente de Fukushima provocado por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo en Japón, ha adelantado su adiós a la energía nuclear.
Con un nuevo plan basado en seis puntos, el gobierno ha anunciado su intención de comenzar a trabajar cuanto antes para renunciar a ella, así como un paralelo despliegue de las energías renovables.
Alemania dará un giro copernicano a su política energética.
Un cambio brusco no tanto por lo inesperado, porque ya se apostaba por las energías limpias, sino más bien por lo acelerado, que no necesariamente precipitado.
Así, Alemania ha anunciado oficialmente su decisión de cerrar lo más rápido posible sus centrales nucleares.
El cambio no se va a producir paulatinamente, sino de manera rápida, y aquí es donde está la noticia.
Y, para lograrlo, tal y como explica un documento preparado por los Ministerios de Medio Ambiente y Economía, el gobierno alemán ha desarrollado un plan de seis puntos destinado a lograr su objetivo.
Encontrar una salida veloz a su dependencia de la nuclear, claro está, pasa por apostar por otras energías.
En este caso, las grandes beneficiadas serán las renovables, que se verán potenciadas en gran medida: habrá más subvenciones para proyectos, leyes incentivadoras…Este plan anula decisiones conservadoras de Angela Merkel, quien determinó hace unos meses ampliar doce años la vida útil de algunas centrales.
Ahora, por contra, afirma que quiere “pasar rápidamente a la edad de las energías renovables.
”Para ponerse en marcha, el plan todavía deberá pasar algunos trámites políticos el próximo mes de junio, y también se tendrá en cuenta la opinión de un comité ético constituido por representantes de la sociedad, incluidas agrupaciones de científicos.
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